La educación es una responsabilidad de los padres y una necesidad de los hijos. Los planes educativos contemplan un seguro de Ahorro para el menor y uno de Protección para el contratante. Si el contratante llegará a faltar se paga la Protección al beneficiario(s) del contratante, el Ahorro del menor queda “cubierto” y se le entrega al menor cuando llegue a la edad contratada.